Cada vez mas empresas comercializan salsas, cada vez más personas han vistos que el verdadero éxito está en la cantidad y en la calidad de los condimentos. Ponte en situación (no hace falta irse a Estados Unidos) una barbacoa familiar en la que vais a degustar un costillar completo, no saldrán igual de buenas si no las pintas (y digo pintas porque lo mejor es hacerlo con una brocha o pincel) con una maravillosa salsa barbacoa: te chuparas los dedos desde el pulgar hasta el meñique.
Desde hace años inmemoriales las salsas han estado muy ligadas a la cocina de todo el mundo. Se sabe que los romanos usaban una llamada garum, y que empleaban para aderezar los pescados. En el siglo dieciocho ya se empieza a conocer a la salsa como salsa y se usa a menudo en la cocina para enriquecer los platos. De esta época a la actualidad, estas han sufrido transformaciones, añadiendo o quitando ingredientes en ellas, dándoles más textura o dejándolas más líquidas.
Las salsas se pueden hacer de todo o de casi todo, ya que muchos de los alimentos las aceptan para aportarles más sabor.
Hace años las salsas eran las mayores desconocidas en el mundo culinario; solo se usaban para la pasta y casi siempre eran de tomate. Sin embargo, todo avanza y no nos hemos quedado atrás: hemos conseguido hacer una de todos los alimentos, o en su defecto, que combinen con estos de manera que hay una hermandad en la cocina entre lo líquido y lo solido.
La textura también varía mucho ya que varios factores la hacen diferente dependiendo del lugar en el que te encuentres. Hay países en los que se degustan las más picantes como en India o en China y, por supuesto, en México y en República Dominicana; en otros países como Italia o Dinamarca gustan más especiadas (por eso la salsa barbacoa, con su sabor dulce y especiado al mismo tiempo, ha tenido tanto éxito en estos países), y en muchos otros les encanta el sabor a ajo y se lo hecha a cualquier salsa ya sea de tomate, de queso o salsa mayonesa.
Sea como sea, estos alimentos ya son parte de nuestra cocina, de nuestro día a día; tanto es así que ya casi todas las salsas tienen una variante denominada light, con menos azucares y menos grasas, para las personas que no se quieren quedar sin su salsa preferida y no quieren estropear su figura.
Hoy en día todo es posible, sobre todo en la cocina, ya que los experimentos culinarios no dejan indiferente a nadie y consiguen que todos seamos un poco más felices a la hora de comer.