Hoy día lo personal gana a lo masificado. Se acabaron los tiempos en los que la producción en serie ganaba a lo auténtico y genuino, e incluso en aquello que se sigue produciendo de forma global, buscamos un pequeño toque, un detalle que los distinga de las millones y millones de piezas idénticas salidas de fábrica. Es el caso de los accesorios para bicis, fundas de móviles, pinturas y tintes etc. ¿cómo customizar mis objetos?
Elige cómo personalizar el objeto
Lo primero es considerar qué es lo que queremos customizar y cómo. No es lo mismo añadir accesorios que modificar o directamente crear, al igual que no es lo mismo tunear algo que ya tenemos que comprarlo con la intención de variar su fisionomía.
Otros de los aspectos que entran en juego a la hora de hablar de la customización es el ahorro económico. Podemos basarnos simplemente en el toque personal u original que añadir a nuestro objeto, pero otra forma de aplicar técnicas de customización se basan en el ahorro a la hora de adquirir modelos simples y añadirles elementos que de adquirirlos directamente aplicados, nos saldría bastante más caro.
Pese a que a día de hoy la tendencia DIY (“do it yourself”) gana fuerza como respuesta a la imposición de lo global en los mercados, debemos pensar que no es nada nuevo. Basándonos en el último aspecto marcado, el ahorro económico, no tenemos más que recordar como nuestros padres o hermanos mayores adquirían modelos de ordenadores simples y básicos (y baratos) a los que posteriormente le añadían piezas (discos duros de mayor capacidad, tarjetas gráficas de mayor potencia etc.) que mejoraban las prestaciones.
Elige versiones estándar y el blanco como color aliado
Retomando la idea de ahorro recién nombrada, pero también para que el toque original esté más potenciado, conviene en el caso de que queramos lanzarnos a la creatividad de personalizar nuestros objetos que adquirimos en el mercado, elegir versiones estándares y de color blanco o tonos claros en el caso de que queramos usar los colores como método de expresión artística y personal.
Este hecho se basa en que carecería de sentido, volviendo al ejemplo de los ordenadores, adquirir un modelo potente para añadirle más potencia aún, ya que eso supondría a un gran desembolso ya hecho adquiriendo la maquinaria, añadirle otro más sumándole piezas. Mucho menos sentido tendría si en vez de sumar, hablamos de sustituirlas.
Respecto a la recomendación de elegir el blanco siempre que se pueda y se tenga en mente personalizar el objeto, esto se debe a que, en este tono, se fijan mucho mejor otros colores, piezas, elementos etc. que además destacan con mayor facilidad por el contraste.
Además, de no querer el blanco como color, siempre es más sencillo modificarlo con otra tonalidad que si hemos adquirido el objeto en colores más intensos y más complicados de disimular, pintar etc.
Tómalo como afición o como fuente de ingresos
Por último, pese a lo romántico de la idea, no debemos únicamente tomar el hecho de customizar los objetos como una forma de reivindicación personal o distinción: el mercado de la personalización de los objetos visto como artesanía, también supone un importante mercado que puede suponernos de tomárnoslo en serio, una posible fuente de ingresos.
Sólo tenemos que darnos una pequeña vuelta por las páginas de intercambio de objetos, compra-venta o de manera offline en mercadillos o ferias artesanales para darnos cuenta como el talento a la hora de crear algo diferente tiene cabida como fuente de ingresos.
me encanta la personalización de todo tipo de cosas, lo último que personalice son imanes para la nevera que quedaron genial con las fotos de nuestro último viaje