En plena ciudad de Jaén, rodeada por un mar de olivos, se encuentra ubicada una empresa de desguaces que trabaja para toda España con un enorme grado de profesionalidad. Se trata del Desguace de J. Torres, situado en el Polígono Llanos del Valle de la capital jienense, frente a la Institución Ferial, y es un desguace autorizado para el tratamiento de vehículos fuera de uso, con número de autorización AN-0152.
Para saber más acerca de los servicios que se pueden obtener a través de la página de esta firma, solo tienes que darle al siguiente enlace de ver web. Podrás comprobar que entre estos servicios se encuentran los de compra de vehículos siniestrados, baja de vehículos y petición de piezas. Además los clientes y usuarios pueden encontrar en esta web una galería fotográfica con los vehículos que tienen en el almacén en esos momentos, con la fecha de la última actualización y los datos necesarios para identificar el tipo de coche, con su año de fabricación y sus características. La sección dispone además de un buscador para filtrar los resultados de la búsqueda en función de la marca del vehículo y sus características.
El desguace de Juan Torres Sánchez cuenta aproximadamente con doce mil metros cuadrados para desarrollar su actividad. El proceso que se sigue en la empresa a la hora de llevar a cabo los trabajos de descontaminación y retirada de los vehículos es meticuloso y está bien pautado desde el primer momento. Al principio lo que se hace es entregar la documentación del coche, para comprobar que todos los papeles estén en regla. Una vez hecha esta comprobación y tras la recepción física del vehículo en las instalaciones del desguace, se procede de forma inmediata a la expedición del certificado de destrucción y a la anotación de la baja ante la base de datos de la Dirección General de Tráfico.
Toda vez que la parte administrativa se cierra, el vehículo se traslada a la zona de recepción, al la espera de ser tratado, ya sea por los propios medios del desguace o a través de manipuladores telescópicos. Es en la nave de descontaminación donde el coche se despoja de los elementos contaminantes que la legislación señala como peligrosos, tales como el líquido anticongelante, los lubricantes de todo tipo, baterías, catalizadores, neumáticos, plomo, restos de combustible, plásticos, fluidos de aire acondicionado, etc. Todos ellos se almacenan en un contenedor específico para cada uno.
Dichos residuos se retiran dentro del plazo marcado por la ley, como gestor autorizado que es la empresa. Una vez descontaminado, el vehículo es enviado al defragmentador para ser molido, fundido y reutilizado como materias primas para otras industrias, mientras que una pequeña parte se destinan a su venta al público.
