Hay muchos indicadores que podemos utilizar para medir cómo hemos crecido en el conjunto global del país en las últimas décadas, pero vamos a pararnos solo en uno en concreto para hacer la demostración. En este caso en el número de empresas de desguace que han surgido en España en las últimas dos décadas, y que son una clara señal de la bonanza económica que se ha vivido de forma generalizada, aunque desde hace algunos años la actividad empresarial se haya estancado como todo el mundo sabe ya.
Por ejemplo, a finales de los años 80 o principios de los 90 era bastante complicado encontrar un desguace en sevilla que no estuviera situado en la capital hispalense o en alguno de los municipios de su cinturón metropolitano, que es donde se concentraba la principal actividad económica y el conjunto demográfico más grande de la provincia. Sin embargo, muchos otros municipios, comarcas y áreas de población quedaban desatendidas por falta de empresas de desguace en su zona de influencia, y tenían que desplazarse varios kilómetros o pedir la llegada de una grúa, que dependiendo de la distancia recorrida en ocasiones ni siquiera era gratuita.
Sin embargo, el crecimiento enorme del parque móvil en todo el país, como símbolo del mayor poder adquisitivo del que han disfrutado las clases medias durante años, ha supuesto también una gran oportunidad de negocio para empresas ubicadas en municipios de tamaño medio. En esos lugares simplemente antes no tenía sentido la implantación de una industria de este tipo, pero debido al aumento espectacular del número de coches, más que en una necesidad se ha convertido en una obligación. Entre otras cosas por la labor importantísima de reciclaje, separación de piezas y clasificación de componentes útiles o estropeados que realizan los operarios de estas empresas.
Antiguamente los coches inservibles no era extraño verlos abandonados en las cunetas o en solares de los pueblos, aguantando años y años al sol y con multitud de piezas y componentes altamente contaminantes en su interior. Por suerte, la normativa aplicable en estos casos hace que sea necesario reciclar o clasificar estas sustancias tóxicas por parte de profesionales cualificados. Tanto las empresas de desguace como los puntos limpios cumplen habitualmente con esta labor fundamental, que ayuda a proteger el estado de conservación de nuestros suelos y ríos, lo que a la larga redunda en nuestra propia salud.
Si en nuestro municipio no contamos con ninguna empresa de desguace o no sabemos si existe, podemos siempre recurrir a Internet para encontrar la que esté ubicada en el sitio más cercano. Por suerte para los consumidores hay muchas de estas empresas trabajando a pocos kilómetros de prácticamente cualquier municipio, así que solo se trata de hacer una búsqueda rápida..