Seguramente si te has planteado un gran viaje, de esos que resultan memorables verano tras verano, habrás visto multitud de ofertas de viajes organizados a Tailandia. Y es que el país del sudeste asiático se ha convertido en un destino más que de moda, y de forma merecida: Tailandia lo tiene todo: playas de escándalo, una jungla de película, gastronomía más que peculiar (y deliciosa) y una cultura e historia de las que cautivan. Definitivamente es un destino merecedor de tenerse muy en cuenta pero, ¿qué puedo ver en Tailandia?
Bangkok, Wat Pho y el templo de Mármol
La capital tailandesa es parada obligatoria, y no sólo por el hecho de ser la capital, sino por esconder joyas monumentales como sus coloridos y majestuosos templos, destacando entre ellos Wat Pho y el templo de Mármol.
Pero además de visitar estos auténticos regalos para la vista, podrás disfrutar del pulso de una ciudad que, aunque algo occidentalizada, mantiene la personalidad de una cultura propia y milenaria. Hecho que no evitará que puedas vivir experiencias que mejor dejamos que descubras por ti mismo en su alocada noche y que seguro coparán anécdotas durante años y años.
La jungla de Chiang Mai
No hay mayor experiencia que la de “perdernos” en una jungla. Es la naturaleza en estado puro, sin aditivos, y la de Tailandia (Chiang Mai) es todo un espectáculo que seguramente habrás visto en muchas películas de Hollywood como privilegiado escenario de rodaje, ¿Qué tal si vivimos aún más la experiencia cinéfila y la abordamos a bordo de un elefante asiático?
Las ruinas históricas de Ayutthaya
Situada a poco más de 70 km de Bangkok y enclavada junto a la ciudad moderna de Ayutthaya, encontramos las ruinas de una antigua civilización cuyo legado forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1991.
El privilegiado escenario en el que se encuentra, dentro de una isla enclavada entre 3 ríos , el Chao Prayha , el Lop Buri y el rio Pa, ya convierte la zona en todo un espectáculo, al que le añadimos multitud de templos y palacios (algunos en ruinas y otros perfectamente conservados) y la presencia de varios budas en forma de estatuas y con diversas peculiaridades: unos de 20 metros de altura, otros reclinados y el que puede que sea el más famoso de la zona: el Buda de Wat Maharat, completamente rodeado por las raíces de un árbol milenario.
Las playas de Phuket
Sin duda puede ser uno de los rincones más paradisiacos de todo el mundo: unas playas de finísima arena blanca y unas aguas cristalinas de color turquesa intenso a las que se le añade el paisaje de unos impresionantes acantilados y formaciones rocosas exentas en mitad del agua, cubiertas de verde vegetación. Sin duda alguna los ingredientes perfectos con los que está creado el paraíso. Un imprescindible no ya de un viaje a Tailandia, sino de un viaje a cualquier amante de conocer lo mejor que nos regala el planeta en forma natural.